sábado, 12 de marzo de 2016

Bloque 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral.



Este trabajo consiste en plantear una actividad de comunicación oral en gran grupo en el aula, teniendo en cuenta especialmente a dos niños con comportamientos bastante opuestos: uno que no participa en los diálogos orales y otro que no respeta, no escucha y habla continuamente para imponer su punto de vista.
El curso que he elegido es 4º de primaria.

El objetivo de la comunicación oral en el aula, es decir, el objetivo de esta actividad que estoy llevando acabo, es la interacción entre los alumnos. Esto se debe trabajar para conseguir en el alumnado un correcto desarrollo del lenguaje oral.

El tema que he decido presentar a los alumnos es la interculturalidad y la trabajaré en la asignatura de valores. La diversidad siempre es fuente de conocimiento y reflexión, facilita el despertar de la actitud crítica, la curiosidad, el re-planteamiento de ideas, los nuevos conceptos… Creo que es un tema bastante interesante para trabajar con los niños de 4º de primaria, ya que en este curso, se van dando cuenta de los problemas que hay acerca de las personas diferentes y van experimentando sentimientos y sensaciones hacia ellos. En este curso, piensan y razonan por sí mismos. Poseen un mayor dominio de sí mismo y son más dignos de confianza. La propia individualidad y personalidad del niño de 9 años se hace claramente evidente y las diferencias de niño a niño se acrecientan.
También creo que es importante ya que afortunadamente, hoy en día convivimos con personas de distintas procedencias, que traen con ellos sus diferentes culturas, idiomas, religiones, vestimentas, gastronomías y en los colegios contamos con muchos de ellos.

El contexto en el que se realizará la actividad es el aula de biblioteca-mediateca. Dispondré a los alumnos con las sillas en un semicírculo.
He decidido no hacer el debate en el aula ya que, al cambiar de ambiente para hablar sobre un determinado tema, se sienten de manera diferente, más motivados por la actividad y con mayor curiosidad.

Antes de comenzar a hablar sobre la interculturalidad con los alumnos, les presentaré una serie de normas que deberán cumplir y seguir para participar en el diálogo y hacer que éste sea posible.

- Respetar el turno de palabra.
- Levantar la mano para hablar.
- Escuchar atentamente a los compañeros y respetar sus comentarios.
- No se puede descalificar, burlarse o reírse de los demás y de sus comentarios.
- No gritar sin necesidad. No tiene más razón el que más grita.

Para introducir el tema a los alumnos, comenzaré hablando sobre el color de la piel. “Todos somos diferentes y parecidos a la vez… ¡Qué sabia es la naturaleza! ¡Todos únicos y especiales!” Esto servirá para hacer que los alumnos reflexionen sobre el tema del que vamos a hablar y que empiecen a expresar lo que piensan y opinan al respecto.

Yo, como moderadora, la pregunta que lanzaré será: ¿Qué sabes de otras culturas y personas?
Las preguntas de andamiaje que llevaré preparadas y realizaré si la comunicación se estanca son las siguientes:

1.    ¿En qué ciudad has nacido? ¿De dónde son tu padre y tu madre? ¿Alguien de tu familia ha vivido alguna vez fuera de tu país? ¿Quién o quiénes? ¿Por qué motivos?
2.    ¿Conoces a alguien de otro país? ¿De dónde es? ¿Qué forma de vestir tiene?
3.    ¿De qué países son tus compañeros y compañeras del colegio?
4.    ¿Qué país te gustaría visitar? ¿Por qué? ¿Recuerdas el nombre de algún cantante extranjero? ¿Cuál es el que más te gusta? ¿De dónde es?
5.    ¿Qué sabes de ese país?
6.    ¿Qué comidas conoces que procedan de otros países?
7.    ¿Sabes qué en esos países existen otras religiones? ¿Cómo se llaman?


Yo, como moderadora actuaré como una parte neutral y mantendré el foco del debate. Las habilidades importantes que deberé tener son el manejo del tiempo, la organización, y comunicar de manera efectiva. Inculcar confianza a los alumnos es la base del debate, para que los alumnos se sientan cómodos al dar su opinión en público.

En cuanto a los dos alumnos que no intervienen correctamente en el debate, les sentaré uno a cada lado, muy cercanos a mí, mirándonos de frente. 

-El niño que no participa: le hablaré de manera clara y concisa. Le haré preguntas directas para que dé su opinión, aunque sean respuestas cortas. Deberán ser preguntas que entienda perfectamente para que sea capaz de reaccionar y comprender el contenido de manera adecuada. Le animaré a participar y mostraré mi interés sobre sus opiniones, sin hacer que se sienta incómodo ni el centro de atención.

-El niño que no respeta, no escucha y habla continuamente para imponer su punto de vista: en este caso, una comunicación clara y cercana será́ también muy útil, ya que los reproches o castigos no servirán de mucho. Deberé también interesarme por sus temas, ponerle límites, recordándole las normas que tiene que seguir para participar en el debate, haciendo hincapié en que levantar la mano y respetar a sus compañeros es esencial.
Le hablaré en voz baja para llamar su atención e intentaré que todo esté en silencio al realizarle las preguntas y  le formularé preguntas seguidas, 3 o 4, para intentar que su atención se centre y le interese el tema. Hablaré con el directamente en algunos momentos, sin hacer que sea el centro de atención.
En ocasiones pondré posturas y haré gestos para que se calle, por ejemplo; la mano en los labios (gesto de silencio), mirada fija…

Para finalizar, preguntaré a los alumnos sus puntos de vista sobre el debate y el tema debatido, lo iré apuntando y lo leeré a modo de conclusión final.

Utilizaré la siguiente rubrica para evaluar la competencia comunicativa de mis alumnos durante el debate.



Bibliografía/webgrafía:

Apuntes de la asignatura








http://www.ehowenespanol.com/tareas-moderador-debate-lista_153583/


1 comentario:

  1. Tu actividad tiene dos cuestiones que corregir para que sea perfecta:

    - Es un diálogo, no un debate. En un debate, se contraponen posturas, en un diálogo, se suman ideas y se aporta ente todos... aunque en algunos momentos puedan aparecer ideas contrarias.

    - Las preguntas que realizas, más que favorecer el diálogo grupal se enfocan más a la sucesión de opiniones individuales. No preguntes en primera persona del singular sino en plural. Tu papel como mediadora del diálogo debe pasar por aceptar una idea nueva y hacer que los niños la comenten, la completen, la valoren, la ejemplifiquen... y no aceptar una nueva opinión hasta que no se haya agotado la anterior. Si preguntas y los niños contestan, todos se encerrarán en la individualidad de su opinión y no es necesario que escuchen a los demás... se limitarán a esperar a que hagas una nueva pregunta.

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